Por Rafael Bisquerra
Concebimos una competencia como la capacidad para movilizar adecuadamente un conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes necesarias para realizar actividades diversas con un cierto nivel de calidad y eficacia (Bisquerra y Pérez, 2007).
Se pueden destacar las siguientes características en el concepto de competencia:
Es aplicable a las personas (individualmente o de forma grupal).
Implica unos conocimientos (“saberes”), unas habilidades (“saber-hacer”) y unas actitudes y conductas (“saber estar” y “saber ser”) integrados entre sí.
Una competencia se desarrolla a lo largo de la vida y, en general, siempre se puede mejorar.
Una persona puede manifestar una competencia en una área concreta (por ejemplo competencias sociales) en un contexto dado (por ejemplo con sus compañeros) y en otro contexto diferente (con personas extrañas) puede comportarse de forma incompetente.