Por Rafael Bisquerra
La educación debe preparar para la vida; o dicho de otra forma: toda educación tiene como finalidad el desarrollo humano. Cuando hablamos de desarrollo, también nos referimos a la prevención. En términos médicos, el desarrollo de la salud tiene como reverso la prevención de la enfermedad. En términos educativos, el desarrollo humano tiene como reverso la prevención en sentido amplio de los factores que lo puedan dificultar (violencia, estrés, ansiedad, depresión, consumo de drogas, comportamientos de riesgo, etc.).
Una educación para la vida, con la perspectiva del desarrollo humano como telón de fondo, debe responder a las necesidades sociales. Datos sobre los problemas derivados de baja autoestima, depresión, estrés, violencia, delincuencia, anorexia, sida, suicidio, consumo de drogas, conducta sexual no protegida, etc., pueden encontrarse en el Youth Risk Behavior Surveillance System ( YRBSS) patrocinado por United States Centers for Disease Control and Prevention (1999); también Dryfoos (1997), Sells y Blum (1996), Walker y Towsend (1998) y otros, aportan evidencia de los comportamientos de riesgo. Algunos de estos datos se citan a continuación. En 2003 se registraron aproximadamente 1.600.000 muertes violentas en el mundo; el suicidio es la principal causa con más del 50 % (unos 815.000). Le siguen los homicidios con un 31 % (unos 500.000) y los conflictos bélicos con un 19 % (unos 300.000). En España se cometieron 1234 asesinatos en 2001. Más de un tercio de los adolescentes se han visto implicados en una lucha física en el último año. La violencia doméstica es la segunda preocupación política, después del terrorismo. La venta de antidepresivos se ha triplicado en diez años.
La presencia de estrés y estados depresivos va en aumento. El listado se podría extender muchísimo, pero no queremos presentar un panorama catastrófico; sino todo lo contrario. Nos limitamos a aportar datos que reflejan una necesidad social que no queda suficientemente atendida. Si la educación quiere preparar para la vida, debe atender a los aspectos emocionales de forma prioritaria. Esto implica la educación emocional.